Qué volubles y obvios, se muestran los de la oposición. Andan, ahora, con sus berrinches, desgarrándose las vestiduras. Y hace rato con sus discursos poderosos.
Adicionan y derogan diversas disposiciones de la ley general de comunicación social y de la ley general ...
Pero, a ver, para que entiendan: el plan B, para que lo entiendan, es el plan donde no los necesitamos a ustedes. Vamos a sacar esta reforma con los diputados y las diputadas de la Cuarta Transformación; vamos a limpiar el INE y vamos a continuar con la gran transformación de nuestro país.
Y aprovecho para saludar, desde esta tribuna, a nuestro compañero Adán Augusto López Hernández. Puede venir, cuantas veces quiera, a esta Cámara y aquí lo vamos a recibir.
¡Qué volubles! Hace un rato, compañeras, compañeros, los estábamos viendo…
Pues yo digo que la actitud, compañeras y compañeros de la oposición, no solo demuestra desesperación, sino también falta de noción, cuando en hablan en términos futboleros y creen que vamos a terminar la jornada empatados.
¡Goleada! En tiempos extras o penales, les vamos a volver a ganar, como ha sucedido a lo largo de toda esta legislatura, compañeras, compañeros.
Y aquí los hemos escuchado, de verdad, con sus discursos demagógicos. Pero tengo que reconocer y les pido que reconozcamos que hay, en la oposición, algunos muy buenos, que los escuchas, los ves hablar con entusiasmo y, hasta de repente, cuando hablan de México, hasta te dan ganas de decir y, de repente, cuando me sucede a mí, recuerdo: ¡No! Esos son los representantes de la corrupción, esos son los representantes de quienes le han hecho un gran daño al pueblo de México.
Así es que, cuando los miramos a ustedes, los miramos con desprecio, como lo ha hecho el pueblo de México a todos ustedes.
Porque aquí, están esos representantes de lo peor de Acción Nacional, los 12 años perdidos, esa docena trágica que jamás volverá a suceder en este país.
Y aquí están los representantes de la oposición, de lo que alguna vez fue la izquierda y, que hoy, van a terminar sepultándola. Pero, en fin, compañeras y compañeros.
Yo creo que, a lo largo de las últimas semanas, ha quedado de verdad, en evidencia, quienes queremos un México sin corrupción, quienes queremos una verdadera democracia, que prevalezca la voluntad popular.
Aquí está demostrado quienes queremos instituciones confiables en el servicio y al servicio de los ciudadanos.
Y también ha quedado claro quiénes son los que quieren seguirse repartiendo esas instituciones, como si fueran un botín; quiénes quieren seguir teniendo en ellas a sus cuotas, para que operen por sus intereses, quiénes le tienen fobia a la voluntad de la gente.
Pero, desde aquí, les digo, como se lo he dicho a lo largo de los últimos años, que esta transformación, va a seguir avanzando y seguirá consolidándose a pesar de ustedes.
Y lo digo, porque en estas semanas, le han vuelto a mentir a la gente, como lo han hecho siempre, han mentido en esta tribuna, han mentido ante los medios de comunicación.
¿No decían antes que López Obrador tenía aspiraciones para mantenerse en la presidencia por más de seis años, que se quería reelegir? ¡Mentira! Mil veces mentira; nada de eso lo van a encontrar en las reformas que vamos a aprobar.
Así es que, ¿dónde están esos intentos reeleccionistas que tanto pregonaban? No están en nuestra propuesta legislativa, no la van a ver ahí.
Compañeras, compañeros, la plataforma política de esos partidos, la agenda legislativa de la oposición, de esos grupos parlamentarios, se reduce a una palabra: mentirle a la gente.
Pero no han querido entender que, desde hace mucho, la gente no se traga sus mentiras. Si creen que haber votado en contra de la reforma constitucional iba a detener a nuestro movimiento o iba a herir de muerte a nuestro gobierno, se van a llevar un fiasco. ¡Aquí estamos! ¡Más vivos y más fuertes que nunca!
Así es que no se hagan ilusiones, mejor háganse a la idea de que se les terminaron sus cuotas y sus cuates, de que vamos a limpiar al INE a pesar de su cantaleta de que no se toca; háganse a la idea de que nunca más van a volver a imponer personajes a modo, en las instituciones electorales. Se les terminaron los despilfarros, se les terminaron los sueldos exorbitantes.
¡Nunca más un árbitro electoral al servicio de esos partidos! ¡Nunca más un árbitro electoral que se haga de la vista gorda ante casos como Monex, Odebrecht o ‘Los Amigos de Fox’! ¡Nunca más consejeros electorales racistas! Que se burlan de nuestros pueblos originarios. ¡Nunca más consejeros electorales que se conducen como actores políticos y se la pasan en el Twitter peleándose con quienes los exhiben por sus tropelías!
Lorenzo Córdova, Ciro Murayama y otros que estuvieron antes de ellos, como Valdés Zurita, no son víctimas, no son mártires; son personajes serviles a los intereses de quiénes los pusieron en ese cargo.
Así es que, no nos extrañe, compañeras y compañeros, ver en un futuro a Lorenzo y a Ciro, postulados a una diputación por el PAN, por el PRI, por el PRD. Y ojalá así sea, para que se termine de demostrar, públicamente, para quién trabajan en realidad; para que exhiban su verdadero rostro.
No señoras, no señores diputados de la oposición, no somos como ustedes, nosotros no queremos adueñarnos del INE. Por el contrario, por fin, lo vamos a transformar en un organismo verdaderamente autónomo.
Compañeras, compañeros, nos encontramos en la antesala de la construcción legislativa de la sexta generación de reformas electorales. La que, posiblemente, sea un cambio generacional e iniciador de una nueva y más compleja ingeniería al sistema político mexicano, jamás realizada.
En la postrimería del sistema electoral y de partidos, heredado del obsolescente periodo neoliberal, acudimos a este llamado histórico, para rectificar, para rediseñar el régimen democrático, uno que responda a las exigencias de una sociedad, cada vez más crítica, cada vez más participativa y responsable en los asuntos públicos.
Y, cómo lo he mencionado en otras ocasiones, en el actual sistema político mexicano, han transcurrido reformas, como si fuesen antibióticos; es decir, se ha tenido la costumbre de modificar la materia político-electoral solo después de un proceso electivo presidencial, que muchas de las veces, ha resultado controversial.
Así, pues, compañeras, compañeros, asistimos orgullosamente a los cambios, reaccionando a los acontecimientos que ponen a prueba a la ley en vigor y casi siempre han sido cortoplacistas y limitadas las disposiciones normativas, lo que ha propiciado que las autoridades varíen o cambien de criterios.
Quienes integramos la Cuarta Transformación, vamos por una legislación disruptiva, que representa un parteaguas legal, que se adapta a una nueva naturaleza de socialización electoral y a las circunstancias y contextos nacionales, que vigilará y asegurará el estado democrático más esperado.
Por eso, no importa que voten y sigan votando en contra de las reformas de la Cuarta Transformación, porque una y otra vez, les hemos demostrado este proyecto, este proyecto está avanzando.
¡Diputadas y diputados de la oposición! ¡No necesitamos sus votos para limpiar México! ¡Para renovar la vida pública del país! Porque, como bien ha dicho, Andrés Manuel López Obrador, no queremos la unidad a toda costa.
Y sí, es tiempo, es tiempo de que la oposición se vaya al basurero de la historia; ¡Fuera de ésta Cámara, quienes, tanto daño, le han hecho a México!
Compañeras y compañeros: ¡Qué viva la Cuarta Transformación! ¡Qué viva Andrés Manuel López Obrador! ¡Vamos a aprobar esta reforma!
Es cuanto, diputado presidente.
