Gracias, diputado presidente. Se conoce como la decena trágica al último golpe de Estado que se ha perpetrado en nuestro país. Se planeó en la embajada de Estados Unidos. Ahí se complotó contra el gobierno por aclamación, elegido por el pueblo de México después de una revolución triunfante, donde tras décadas de dictadura el pueblo de México se levantó en armas para deponer al tirano.
Nunca más debemos tolerar que haya un golpe de Estado en nuestra patria.
Hoy, la prensa, cumple el mismo papel canalla que en 1913, golpeando, denostando, tergiversando, intrigando, faltando a la verdad de manera permanente y sistemática. Hoy, como en 1913, en la embajada de Estados Unidos ha sido financiada la oposición a través del señor equis junior. El mismo esquema que no ha sido exitoso por dos razones fundamentales.
La semana pasada tuvimos el honor de reunirnos con el compañero secretario de la Defensa Nacional, general Luis Cresencio Sandoval –al que le deseo pronta recuperación, por cierto, está contagiado de Covid–, y nos planteaba con mucha tranquilidad, con mucha entereza y con mucho orgullo: el Ejército Mexicano es institucional, y no ha participado y no participará en ningún golpe de Estado, como sí ha sucedido en Centro y Sudamérica. Efectivamente, las Fuerzas Armadas han sido institucionales, a tal grado que inclusive a quien ha robado la Presidencia, como Carlos Salinas o Felipe del Sagrado Corazón de Jesús Calderón Hinojosa, los reconocieron como comandantes en jefe de las Fuerzas Armadas.
Y la segunda razón de por qué no ha fructificado una tragedia como la de 1913 es el enorme respaldo del pueblo de México al compañero presidente López Obrador, su comunicación constante y su entrega. Porque es cierto que el presidente Madero, confiando en que alguna vez el Estado de derecho se impondría, fue quedando aislado de la comunicación con el pueblo de México. Fue apresado en Palacio Nacional y, una vez que entregó su renuncia, fue cobardemente asesinado junto con el vicepresidente José María Pino Suárez.
Nunca más debemos tolerar que haya un golpe de Estado en nuestra patria. Y la oposición debe deponer su actitud golpista contra un gobierno democrático, popular y representativo, respetuoso de la libertad de expresión, a tal grado que injurian, tergiversan, intrigan, malinforman, distorsionan y, a pesar de eso, no tienen ninguna persecución ni ninguna implicación por su enorme irresponsabilidad.
Cierro planteando: Larga vida al presidente Madero, al vicepresidente Pino Suárez. Y larga vida a esa revolución, que hoy se ha materializado en la revolución sin violencia que es la cuarta transformación. Muchas gracias por su atención, compañeras y compañeros.
