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Reforma el artículo 11 de la Ley de Protección y Defensa al Usuario de Servicios Financieros

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Reforma el artículo 11 de la Ley de Protección y Defensa al Usuario de Servicios Financieros

Ánimo, ánimo. Desde Navolato vengo. Con el permiso del pueblo de México, con el permiso de la Presidencia. Si quieres ser estafado paga por adelantado. Refrán popular.

Grupos de delincuentes, a nombre de supuestas empresas, se dedican a cometer estafas en perjuicio de las personas —   Dip. Fernando García

Aguas con los fraudes y aguas con las estafas, que están en todas partes. Ocultos en el anonimato que les permite el espacio virtual creado con medios cibernéticos, así como en la telefonía móvil, grupos de delincuentes, a nombre de supuestas empresas, se dedican a cometer estafas en perjuicio de las personas.

Las sorprenden con argucias, ofreciéndoles préstamos inmediatos de dinero. Solicitan para ello, entre otros requisitos, depósitos anticipados de pago. Una vez cometido el fraude desaparecen.

El desempleo y la acumulación de deudas son, entre otros factores, causas que favorecen la oportunidad para la operación de empresas falsas. De acuerdo con las autoridades, operan a través de publicidad maliciosa, valiéndose de la necesidad económica de la gente.

Se trata de presuntos prestamistas que construyen portales cibernéticos y centros telefónicos falsos. Operan bajo soportes técnicos sofisticados que dan la apariencia de realidad y legalidad. Tienen un propósito muy claro, aprovecharse de la necesidad económica de las personas para estafarlas, engañan a la gente con el ofrecimiento de créditos en efectivo a un costo de interés atractivo.

Resulta, finalmente, todo esto un montaje. Llegan incluso a la intimidación y extorsión, ya que logran acceder a información financiera y datos de carácter confidencial de las personas, las amenazan así con hacerles efectivo el cobro de deudas a veces inexistentes.

Las falsas empresas recurren también a la suplantación de identidad de otras legalmente establecidas. Seleccionan preferentemente nombres de compañías reconocidas ampliamente. Se apoyan en direcciones, teléfonos e imágenes corporativas de entidades financieras debidamente registradas. Ofrecen contratos con logotipos reconocidos, con los que cautivan a sus potenciales víctimas, diría yo, las hipnotizan.

Se simulan contrataciones en las que las personas víctimas del fraude acaban poniendo dinero de su bolsa. Los delincuentes solicitan pagos por adelantado para continuar con los trámites correspondientes.

El mecanismo operado va mucho más allá, insisten en ofrecer a los interesados depósitos inmediatos con disponibilidad de dinero, pero para liberarles el crédito les solicitan cubran primero pagos mínimos por anticipado, se les dice que será para costo de operación y que, incluso, este cargo les será restituido sin afectar el monto del préstamo. Las personas terminan siendo pues, víctimas del fraude.

Ocurre luego que la página del supuesto negocio ya no está disponible en la red o modifica el nombre del sitio virtual. Aguas. Tampoco se contestan las llamadas en la línea referenciada como contacto para darle el seguimiento. Ocurrido el engaño, los afectados constatan que la estafa fue cometida por personas y empresas con identidad falsa.

La presente propuesta busca, por ello, se amplíen las facultades conferidas a la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de Usuarios de Servicios Financieros. Propone que las denuncias presentadas por la presunción de hechos constitutivos, de delitos en contra del patrimonio económico de estas personas, reciban en consecuencia la garantía de un puntual seguimiento.

En razón de lo expuesto solicito de ustedes, mis compañeros diputados y diputadas, su respaldo a la presente propuesta. Unidad nacional. Todo el poder al pueblo. Gracias por su atención. Ánimo, sáquense un diez. Es cuanto.