La diputada del Grupo Parlamentario del Partido del Trabajo (GPPT), Esther Martínez Romano, al hablar sobre el Día Internacional de la Mujer Indígena, expresó que esta fecha debe servir para reconocer y valorar la importancia histórica que las mujeres han tenido en la lucha permanente de los pueblos originarios por su reconocimiento y adelanto social.
Quiero dejar claro que me estoy refiriendo a nuestras auténticas mujeres indígenas, no de aquellas que se autoproclaman para su lucro político
“Sin dejar de mencionar que han sido y son las garantes en el cuidado de nuestras tradiciones y cultura. Quiero dejar claro que me estoy refiriendo a nuestras auténticas mujeres indígenas, a ellas que son discriminadas por ser mujeres y ser indígenas, no de aquellas que se autoproclaman indígenas para su lucro político”, puntualizó.
En ese sentido, señaló que la autoadscripción indígena no debe permitirse para quienes lo quieren usar y convertir en un privilegio y alzar una bandera que no les pertenece. "Una verdadera mexicana indígena no podría comulgar con un partido cuyos liderazgos llaman con desprecio a las mujeres 'lavadoras de 2 patas'”.
“Las mujeres indígenas somos auténticas, tenemos convicciones profundas, abrazamos los ideales de la justicia social. Nunca verán a una hermana indígena contradecir sus ideales”, manifestó.
Asimismo, comentó que si bien en el país se han conseguido adelantos significativos para hacer efectiva la igualdad y paridad entre hombres y mujeres, particularmente en materia político-electoral, esta situación no se ha replicado en la vida económica, política y social de los pueblos originarios, donde aún persisten usos y costumbres que violentan los derechos de las mujeres.
Ante ello, la legisladora por Puebla manifestó que en el marco de la celebración del Día Internacional de la Mujer Indígena es necesario hacer un llamado a los Poderes de la Unión y a sus tres niveles de gobierno, para revisar la agenda pendiente, a fin de garantizar el pleno ejercicio de las y los indígenas.
“Particularmente los relacionados con su situación de género; el nulo acceso a los servicios de salud; su participación política y falta de toma de decisiones; lo relacionado a la educación; la eliminación de la violencia dentro y fuera de sus comunidades y hogares, provocando así su supresión política, social y económica, a consecuencia de la doble discriminación que continúa padeciendo la mujer indígena en nuestro país”, concluyó.
